Cuerpo, Sable y Espíritu se unifican para
actuar en el mismo tiempo. Constituye una práctica excelente para mejorar la
estética y el dominio de los gestos ante la acción sobria y eficaz, en la que
se aprende a pasar de un estado de calma absoluta a una acción o movimiento
feroz, libre de toda emoción, deseo y temor. Esto se valoriza mucho para tomar
decisiones, en el mundo empresarial (determinación).